sábado, 1 de mayo de 2010

Hágale un regalo al país en el año del Bicentenario: Vote por Mockus.

Una de las cosas más positivas del inesperado crecimiento en las encuestas del candidato del partido verde Antanas Mockus es el haber puesto el tema político en todas las mesas del país. Es clara la percepción que se tiene a diario (y las encuestas lo confirman) de que la indiferencia frente al tema electoral se ha reducido en esta oportunidad, sobre todo en los más jóvenes, así como también lo es que este efecto se le debe a Mockus. En consecuencia, es fácil apostarle a que este 30 de Mayo próximo serán muchos más los que harán fila en las mesas de votación a las que estamos acostumbrados a encontrar vacías.
Así será, porque el primer gran cambio cultural que está liderando esta vez el profesor es el de convertir la democracia en una cultura más que en un derecho/deber ciudadano que se revuelve cada vez que hay intereses electoreros. Y es que Mockus es tan atípico que ni siquiera está pidiendo que voten por él, sino que está convirtiendo el voto en un acto íntimo de cada quien con su conciencia de país, haciendo del ejercicio democrático, quizás por primera vez en nuestra historia política, un acto inspirado en lo público y no en lo privado. Como debe ser. Por esta sola razón ya vale la pena votar por Mockus, y es válida incluso para quienes todavía hoy no le perdonan algunos de sus superpedagógicos actos simbólicos.
Otra razón es que Mockus es un tipo extraordinario. Por ejemplo, aprendió a leer a los dos años, y desde que se graduó de bachiller en el Liceo Francés, hace ya más de cuarenta años, nadie ha podido obtener su mismo promedio académico. La excelencia de Antanas -y de su hermana Ismena- en el colegio es proverbial, legendaria. Y en la administración pública la historia no es muy diferente: con dos alcaldías de la ciudad más grande y compleja del país, tiene un pasado intachable, del cual algunos pretenden hacer prontuario con episodios de lúdica y candidez extrema. Y si tenemos en cuenta que en política tener un pasado intachable es entre difícil e imposible, tenemos otra razón para pensar que es un tipo extraordinario. Pero yo quería más, y me atreví a indagar en el sincronario Maya acerca de su “signo”, solo para terminar más lleno de razones. He aquí lo que “en Maya” es Antanas Mockus:

Guerrero rítmico amarillo. Poder de la inteligencia. Si algo tienen claro los Jaguares son sus propias ideas. Saben en todo momento y desde muy temprana edad lo que quieren y cómo conseguirlo. Su principal virtud es la pasión que ponen en todo. Lo que también puede llegar a convertirse en un defecto y hacerles perder oportunidades. Otro de los problemas con los que pueden enfrentarse a lo largo de su vida es un afán de libertad, pero poseen un sentido innato de la justicia que les hacen apoyar siempre al débil.

Del más acá y del más allá, extraídas de los archivos y de los oráculos, todas son razones para que la «marea verde» siga creciendo en este año del Bicentenario de Colombia, como si fuera un regalo de aniversario, como si estuviéramos cerrando un ciclo de dos siglos que queremos dejar atrás, siglos de dominación de una clase política retrógrada, casi medieval, que se despide con ejemplos de los personajes más anquilosados de nuestro gamonalismo electoral. Cualquier parecido con Valencia Cossio es pura coincidencia.